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La cruz de El Vado

Hablar del barrio El Vado es remontarse al 1557, el mismo año de la fundación de Cuenca. En ese entonces los conquistadores españoles al llegar a la llanura llamada Paucarbamba, ahora Cuenca, plantaron una cruz y desde allí se constituyó en el primer barrio de la ciudad.

Al decir del escritor, Adolfo Parra Moreno, autor del libro Rostro de los Barrios de Cuenca, desde la calle Juan Montalvo y de La Cruz, las tropas del general Eloy Alfaro disparaban sus armas con dirección a lo que hoy es el barrio San Roque, donde estaban las tropas del general Vega haciendo resistencia. “Cuando los habitantes del barrio al conocer que las tropas de Alfaro ingresaban a la ciudad, preparaban y le arrojaban ceniza caliente, extraída de los hornos que funcionaban en el sector”. Hernán Alvarado, representante del eje cultural del sector, también a Cuenca, en ese entonces, llegaban personas procedentes del Perú que cruzaban el río vadenando: “muchos de ellos cruzaban pisando las piedras que existían y decían vamos a pasar por el vado”. Además señala que el barrio es y seguirá siendo una especie de balcón de la ciudad. Desde allí se puede apreciar la parte baja del río Tomebamba, llamado también Julián Matadero, nombre con el que lo bautizó el obispo de ese entonces, Andrés Quintián Ponte y Andrade, en el siglo XIX.

En este sector uno de los lugares que lo caracteriza es la cruz, la que fue labrada en mármol. Según sus orígenes era símbolo de protección para los viajeros que tenían que cruzar las aguas del Tomebamba cuando estaba crecido.

De eltelegrafo.com.ec, Diario El Telégrafo de Ecuador

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